Publicado 17 de octubre de 2023

Somos un potencial sin límites

Por: Adriana Guillén Arango, Presidente Ejecutiva, Asocajas

El ser humano es un creador, científico e inventor por naturaleza. Desde que nacemos, estamos dedicados a aprender a través de nuestra interacción diaria con el mundo. El neurocientífico Mariano Sigman nos lo recuerda constantemente cuando explica que las personas somos capaces de seguir aprendiendo durante toda la vida.

En la edición 45 de Caja de Resonancia queremos resaltar el potencial creador de las personas, el cual nos ha permitido desarrollar y evolucionar en el concepto de inteligencia. Así hemos logrado construir nuestras sociedades, a partir de múltiples inteligencias que son dinámicas, diversas, interactivas y, especialmente, únicas en los seres humanos.

Es nuestra inteligencia la que ha permitido CREAR permanentemente conocimiento que se ha traducido en la invención de máquinas, fórmulas matemáticas, algoritmos, leyes físicas y otra infinidad de saberes que nos ayudan a cultivar la innovación y la tecnología. Desde la creación de la máquina de vapor y el acelerado desarrollo digital que vivimos desde hace 50 años, hoy tenemos una sociedad hiperconectada, adelantos en el internet de las cosas, avances en biotecnología y con modelos de inteligencia artificial.

Se trata de factores que también han transformado –u obligado a cambiar– las necesidades que tenemos en educación, formación, mercado laboral, crecimiento económico, entre otros. Pareciera que las máquinas cada vez ganan mayor relevancia a la hora de determinar nuestros acuerdos como sociedad, pero no podemos olvidar que los actores principales de este proceso son los seres humanos. Son la verdadera fuerza impulsora de los cambios gracias a su capacidad creativa, la cual le da vida a estas nuevas dinámicas sociales.

En medio de esta reflexión siempre recuerdo el libro 21 lecciones para el siglo XXI, escrito por Yuval Noah Harari. El autor señala que lo importante no es pensar que la tecnología destruye empleos, porque siempre hemos encontrado la forma de reemplazarlos; sino evitar que los seres humanos empecemos a ser irrelevantes. Para Harari, las personas tenemos dos tipos de capacidades: las físicas, las cuales no tienen capacidad de competir contra las máquinas; y las cognitivas, que en el pasado nos permitían tener ventaja sobre las máquinas, pues conservábamos la habilidad de aprender, analizar y comunicar.

Esta ecuación cambia con la llegada de la inteligencia artificial, porque las máquinas han desarrollado estas mismas habilidades que despliegan con mayor rapidez y precisión que los humanos. Hoy creo que la ventaja humana radica en la capacidad de comprender, controlar y direccionar las emociones humanas.

El Foro Económico Mundial ya alertó que entre 2023 y 2027 van a desaparecer 83 millones de empleos y una pérdida neta total de 14 millones de plazas de trabajo. A su vez, para 2025 aparecerán 149 millones de trabajos digitales que demandarán habilidades cognitivas y socioemocionales especializadas. Los nuevos empleos están relacionados directamente con el desarrollo y apropiación de tecnología digital, que hoy requiere habilidades en pensamiento crítico y analítico; liderazgo e influencia social; aprendizaje activo y permanente; capacidad de creación e innovación; resolución de problemas complejos; resiliencia, tolerancia al estrés y flexibilidad.

Se trata de competencias, que lo más probable, es que no hayan formado parte de nuestros ciclos formativos formales. Por eso, en esta edición queremos conversar sobre cómo las capacidades humanas se convierten en un activo invaluable e invertir en ellas genera un alto retorno social y económico. Más que la acumulación de capital físico o el acceso a recursos naturales, la diferencia de lo que hace rico o no a un país se explica en la abundante presencia de personas debidamente cualificadas.

Nuestra invitación es que sigamos explorando cómo explotar el potencial sin límites de los seres humanos en esta época posmedia, en la que la inteligencia artificial, más que una tecnología que reemplazará las labores cotidianas de las personas, es una herramienta para fortalecer y promover nuestra capacidad creativa.

Otros Artículos

El espíritu del Caribe

Consentir el cuerpo a través de los sonidos y sus frecuencias

Por una mejor calidad de vida de nuestros niños, niñas y adolescentes

Otras Noticias

Foniñez cumple 22 años construyendo futuro para los niños del Tolima

La historia de los niños de Valledupar que transforman residuos de cocina en abono orgánico

Tengo un comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *