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Publicado 3 de julio de 2020

¿Qué pide esta crisis de mi?

Por: Claudia Vera | EDICIÓN 34

La crisis que trae la pandemia que estamos viviendo a nivel mundial es definitivamente un reto enorme para cada uno de nosotros. Cambiamos la manera de relacionarnos, de trabajar, de educar a nuestros hijos, y para la mayoría de nosotros el impacto en la economía afecta nuestra situación personal. No se trata de un reto menor, y como todos los grandes retos, este llega con cuestionamientos y pedidos claros. ¿Qué crees que pide esta crisis de ti? En medio del miedo y la incertidumbre es difícil hacer una pausa para escuchar el pedido que nos trae la vida con esta situación. Yo estoy convencida de que nos pide ser más grandes que las circunstancias que estamos viviendo, es decir, reconocer el aprendizaje y los espacios de crecimiento que nos ofrece la crisis para darle sentido.

Si ya estás aquí, dándote un espacio para leer, te invito a conectarte con el silencio y a escuchar en ti las respuestas a 5 preguntas que, en mi opinión, son poderosas porque te muestran cómo aún en los momentos de adversidad podemos abrirnos a mayores posibilidades. Mi sugerencia es, toma papel y lápiz para que escribas tus respuestas y reflexiones, estoy segura de que al terminar habrás ganado certeza y confianza.

¿Qué puedo aprender?  O ¿Qué estoy aprendiendo?

Evidentemente esta situación nos ha sacado de nuestra zona de confort, dejándonos llenos de incomodidades por enfrentarnos a lo desconocido. La manera de regresar a nuestra zona de confort no es esperar a que las circunstancias externas cambien y vuelvan a ser como antes, eso es algo que probablemente no va a pasar en muchos aspectos de nuestra vida. Sin embargo, el aprendizaje nos permite expandirla, ampliar la zona de confort para recuperar la confianza. Te doy algunos escenarios de aprendizaje para que entiendas mejor a que me refiero.

Es probable que ahora estés enfrentándote a que tu negocio se movió al mundo digital y debes aprender sobre tecnología, sobre una nueva manera de conectar con tus clientes para servirles de manera más cercana a pesar del aislamiento. Liderar y sostener las relaciones en los equipos de trabajo de manera virtual es aún más retador, necesitamos aprender a reconocer nuestras propias emociones y a validarlas para, también, ser más empáticos con los demás y poder gestionar mejor las relaciones y orientar las acciones propias y del equipo a los resultados que esperamos para todos. Estar en casa puede haberte enfrentado a la necesidad de aprender a cocinar, a manejar las plataformas de tecnología en las que estudian tus hijos o a organizar espacios para mejorar la convivencia.

¿A quién puedo ayudar?

Nuestras debilidades las ponemos al servicio de nosotros mismos para mejorar y crecer, pero nuestras capacidades y fortalezas son para ponerlas al servicio de los demás. Identifica quien está necesitando ayuda en lo que tú sabes hacer, desde las cosas más simples como enseñar a utilizar las aplicaciones financieras para que alguno de los adultos mayores de tu familia no tenga que ir al banco, o ayudar con las tareas de la casa, hasta el entender con empatía las nuevas necesidades que pueden estar teniendo las personas de tu equipo de trabajo o tus clientes, necesidad de ser escuchados o incluso sus necesidades de ayuda representen nuevas oportunidades para hacer las cosas diferentes y crecer tu negocio. También es válido preguntarse, ¿a quién puedo pedir ayuda? Pedir ayuda es parte del proceso de fortalecerse.

¿Qué oportunidades se presentan?

Las oportunidades son puertas que se abren para que transitemos nuevos caminos. A nivel personal es muy clara la oportunidad de transformación y crecimiento que se nos está presentando, así como la de vivir desde otros lugares la vida familiar, sanar y fortalecer relaciones. También es probable que ahora estemos encontrando más tiempo para hacer ejercicio o para leer. Seguramente en nuestro trabajo hoy, nuestros clientes y personas del equipo, necesitan mayor soporte de parte nuestra, abriendo oportunidades de acercarse, generar mayor confianza y prestar un mejor servicio a los demás. En mi caso particular se ha abierto para mi una gran oportunidad para conversar, escuchar y acompañar a las personas a transitar esta situación desde lugares más positivos, tanto en equipos de trabajo como de manera individual, y de encontrar maneras más generosas para hacerlo.

¿Qué puedo ganar?

Esta es una respuesta que puede ser un poco más difícil de precisar, pero la crisis también trae ganancias, como cuando te despiden de un trabajo y te parece lo peor, para después descubrir que gracias a eso te lanzaste a emprender o iniciaste un proceso de redescubrirte y encontrar un empleo en donde puedes desarrollar tu máximo potencial. En este aislamiento, por ejemplo, han ganado los pequeños negocios que han podido atender a sus clientes con domicilios, siento que hay un regreso de la gente a comprar local, a conocer un mayor valor en el emprendedor que antes. Así como se habla de un proceso de desglobalización en lo económico, los servicios que se pueden prestar digitalmente rompieron fronteras y ganaron la posibilidad de tener mercado en otras regiones, porque las personas sienten ahora mayor confianza a relacionarnos a través de Zoom, hoy un terapeuta en Colombia puede atender pacientes en línea en Europa.

¿Qué sí puedo hacer?

En medio de tanta incertidumbre pareciera que no hay mucho que podamos hacer, pero por otro lado ya empezamos a entender que esta situación puede durar varios meses más y debemos aprender a actuar a pesar de la poca visibilidad que tenemos sobre el futuro. Por esa razón considero esta pregunta trae la clave para la acción, porque cuando identificamos lo que sí podemos hacer, nos movilizamos y podemos enfocar nuestras energías en avanzar. Parte de la respuesta está en las respuestas anteriores donde reconocemos los espacios de aprendizaje y de ayuda, las oportunidades y las ganancias que trae esta situación. Actuar también requiere fortalecer la confianza, aceptar la sabiduría interior que surge cuando acallamos el miedo para movernos a pesar de él. Cada paso cuenta, asegúrate de celebrar las victorias tempranas que trae cada paso. Siempre existe la posibilidad de equivocarnos, pero aceptar el error y corregir es el camino de aprender.

La sabiduría que la crisis pide para que la atravesemos desde el crecimiento, está en cada uno de nosotros y sólo cuando pausamos -como la vida paró por tantas semana- aceptamos la quietud y en silencio escuchamos, llegan las respuestas.

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