Publicado 21 de julio de 2021

La pertinencia de educar para el mercado laboral

La cuarta Revolución Industrial obligó a pensar nuevamente si la educación superior está respondiendo a las necesidades del mercado laboral. Mientras en las universidades vemos cómo día a día educan a miles de abogados, economistas, comunicadores, ingenieros, politólogos, contadores, administradores y un sinfín de profesionales, las empresas se ven a cuestas a la hora de encontrar perfiles que respondan a la transformación digital y evolución de negocios.

¿Cómo cerrar las brechas que existen entre la educación y las necesidades del mercado laboral? Pertinencia. Esa fue la palabra en la que coincidieron en el panel de expertos “Educación para toda la vida y el futuro” durante el primer Festival de Educación de Asocajas en alianza con Santillana. Desde la academia se han creado nuevas carreras, como ingenierías que buscan crear perfiles profesionales más especializados en áreas donde hoy existe la mayor demanda laboral. Sin embargo, en muchas ocasiones la respuesta no está en las universidades, sino en la formación para el trabajo con capacidades técnicas, tecnológicas y humanas.

“La formación para el trabajo debe ser pertinente y de calidad. Hay que satisfacer las necesidades de los diferentes sectores en el marco de la Cuarta Revolución Industrial: la transformación digital. Esto responde a la creación de programas con currículos con altos estándares pedagógicos que garanticen el acceso a un empleo digno, estable y formal. La pandemia aceleró los procesos de automatización industrial y robotización y debemos aprovechar las grandes oportunidades de desarrollo en esta etapa de la historia”, señaló el director del SENA, Carlos Mario Estrada Molina.

Desde el sector empresarial, la sensación de escasez de talento humano es constante. Sin embargo, empresas como Movistar, adelanta procesos de adaptación a las nuevas tecnologías: “Hoy buscamos personas con habilidades industriales y que aprendan a aprender. Que tenga la capacidad de adaptarse a nuevos retos. Hay personas que todavía no sea apropian de las nuevas bondades digitales Por eso, desde todos los sectores y desde un nivel educativo escolar, debemos pensar en la digitalización y adopción de tecnología para nuevos negocios, como la inteligencia artificial”, indicó Carolina Navarrete Pérez, directora B2B de Movistar Colombia.

Pero, ¿cómo garantizar la pertinencia y el acceso al mercado laboral si no existe un sistema de educación superior integrado con los programas técnicos y tecnológicos? Ese es el llamado que hicieron dos exviceministras de Educación que conocen a fondo los pormenores de las vicisitudes de una ley desactualizada y excluyente.

“Hay que garantizar la integridad e inclusión y quitar la segmentación. La educación superior debe ser compatible con los programas del SENA. No se puede seguir segmentando. La legislación está atrasada y la estructura con la que hoy el SENA hace sus currículos de estudio no se entienden ni son compatibles con los de las universidades ”, sostuvo la exviceministra de Educación, Natalia Ariza.

A su voz se unió la de otra exviceministra de esa cartera, Natalia Ruiz, quien agregó que tener todo tipo de universidades es fundamental para responder a las necesidades de las empresas.  Para Ruiz uno de los grandes obstáculos es que la regulación insiste en que todas las universidades deben ser iguales y apenas nos estamos dando cuenta que es necesario ser diferente, tener cursos y carreras distintas, y novedosos sistemas de aprendizaje.

“La reglamentación debe permitir a la academia ajustarse más rápido a los requerimientos de los empresarios, quienes valoran el pensamiento crítico y que sus futuros trabajadores estén actualizados en sus conocimientos”, agregó. En pocas palabras, para la exviceministra es una obligación que las universidades vayan a la par de la innovación y actualización tecnológica que adquieren las empresas.

Desde el Gobierno tienen rastreado este problema y, en un acto de asumir responsabilidades, sostienen que la falta de institucionalidad en la formación superior y tecnológica ha provocado que solo sea por competencias técnicas y no humanas. “Hay gente que solo sabe hacer una cosa y siempre va a tener la desventaja en el mercado laboral. La formación por cualificaciones va a permitirle a los jóvenes tener un conjunto de competencias para involucrarse en el mercado laboral y tener un empleo más digno”, indicó el viceministro de Trabajo, Andrés Felipe Uribe.

En su explicación sobre cómo el Estado está planeando fortalecer el SENA, Uribe añadió que las personas estudian en una universidad para tener simplemente un título y no eligen profesiones que tienen salida laboral, de allí la importancia de darle la misma altura al SENA que a las universidades.

La premisa es construir nuevos sistemas educativos, que a su vez promuevan nuevas modalidades de aprendizaje. Como la educación dual, un sistema que es pertinente para cerrar las brechas que existen entre la academia y el mercado laboral. Muchas empresas han optado por promover estos programas al interior de sus oficinas, no solo para moldear nuevos talentos según sus necesidades, sino formar profesionales con competencias socioemocionales y más humanos.

“Es la sinergia que se necesita, un modelo dual de educación entre la academia y empresa y así crear profesionales a partir de las necesidades desde el primer día. A las empresas les cuesta mucho invertir en la formación de sus nuevos talentos, por lo que la dualidad es un beneficio mutuo”, manifestó Carlos Barragán, director de Asuntos Corporativos de Nestlé.

La exviceministra Natalia Ruiz explicó que muchas universidades han sido construidas gracias a los aportes de las empresas o por las mismas empresas, por lo que el sistema de la dualidad es el puente entre la teoría y la práctica. “Existe un desfase entre la teoría, la práctica y la innovación tecnológica. Estamos lejos de cerrar esa brecha”, agregó.

El director del SENA anunció que la entidad tiene proyectado educar a más de 400.000 personas en áreas referentes de la revolución 4.o, especialmente en tecnología, robotización y programación, pues es el lenguaje con el que más tenemos contacto actualmente al interactuar con máquinas. Una respuesta a un problema que identifica Carolina Naverrete, quien sostuvo que el mundo empresarial está aumentando su capacidad de empleabilidad pero no encuentra quien ocupe los perfiles.

“En Movistar estamos contratando lingüistas y programadores para que las máquinas aprendan a hablar nuestro lenguaje. Hoy el sector productivo está en una constante transformación  y exigen carreras que hace 10 años no existían. A eso, hay que sumarle que el 65% de los niños que hoy están en el colegio estudiarán una carrera que hoy no existe. Hay que adaptarnos y promover vías que faciliten esos cambios para evitar que el abismo entre la educación y la empleabilidad siga creciendo”, concluyó la directora de B2B de Movistar Colombia.

A su vez, Carlos Mario Estrada enfatizó que si bien el objetivo es capacitar en temas de innovación tecnológica, se debe formar integralmente, “porque es la década del humanismo, no del algoritmo. Las empresas al tener mayor velocidad y precisión, necesitan personas con más inteligencia emocional y empatía. Es formar en pensamiento crítico, adaptabilidad al cambio y predisposición al servicio”.

Entre los otros factores que deben combatir los nuevos modelos educativos está la deserción. En Nestlé insisten en que el sistema dual es una apuesta para combatirlo, porque muchas personas abandonan por falta de recursos. Razón por lo que combinar la práctica laboral remunerada y el estudio es una propuesta viable y sostenible que se ha aplicado en países como Suiza, donde gran parte de los profesionales empiezan a formarse en programas tecnológicos.

La otra razón de la deserción es la falta de interés por lo que se escogió estudiar. De ahí que los procesos de orientación vocacional son de vital importancia. “Los jóvenes deben explorar y nuestro sistema no lo permite. No hay posibilidad de estudios diferidos ni tienen la capacidad de entender cómo vincular lo que escogen con su futuro laboral”, apuntó la exviceministra Ariza.

El director del SENA añadió que están implementando un ambicioso programa de acompañamiento vocacional para más de 8 millones de colombianos que pasarán por sus aulas. También explicó que trimestre a trimestre –lo que dura uno de sus periodos académicos– más personas mayores de 40 años llegan a sus aulas, por lo que es un fiel creyente de que la educación es para toda la vida.

“El lúcido pensamiento de Alvin Toffler es que los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino quienes no sepan aprender, desaprender y reaprender”, concluyó el director del SENA. El gobierno también avanza en la creación de un decreto Marco de Cualificaciones para asegurar la calidad en los programas técnicos y tecnológicos, en los que buscan otorgar a los estudiantes habilidades transversales como administrar un negocio, la formación en segundo idioma y liderazgo.

Sin duda, la conclusión de esta conversación es que las universidades deben estar más alineadas con los programas técnicos y tecnológicos para ser pertinentes frente a las necesidades del mundo laboral. Además, los programas deben centrarse en la persona y no solo en las competencias, para darle más herramientas a las futuras generaciones que tendrán la necesidad de aprender constantemente y renovar su conocimiento, por lo menos, cada cinco años. El objetivo, al final, es formar personas más productivas y humanas.

 

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