Este aumento se explica, de acuerdo con la Superintendencia del Subsidio Familiar, por factores como el impacto del ajuste del salario mínimo que incrementó el monto de los aportes que las empresas hacen por sus trabajadores desde enero, y por la recuperación de cerca de 300.000 empleos en esta etapa de reactivación económica.
De acuerdo con el superintendente del ramo, Julián Molina Gómez, también hay que destacar el hecho de que este año se llegó a 689.000 empresas afiliadas al sistema de subsidio familiar, “un 1 por ciento más que en el 2019, cuando contábamos con 682.000”, explicó.
Para Molina, las perspectivas de cierre del 2020 son, pese a la crisis causada por el covid-19, buenas: “Para el último trimestre se espera que los aportes tengan un crecimiento estimado del 1,52 por ciento, llegando a 7,63 billones de pesos”.
El funcionario destacó el papel cumplido por el sistema durante la pandemia, y recordó que a través del Fondo de Solidaridad, Fomento al Empleo y Protección al Cesante (Fosfec), las cajas pagaron 537.490 millones de pesos a 235.872 beneficiarios; además, con recursos del Fondo de Mitigación de Emergencias se pagaron 64.000 millones de pesos a 115.258 familias, representados en aportes a salud, pensión y pago de la cuota monetaria.
‘Las cajas sí compensan’
Con base en estadísticas como estas, Adriana Guillén, presidente de Asocajas, llama la atención sobre el efecto que, en su criterio, tendría la eliminación de estos aportes que hacen las empresas, en la seguridad social de los trabajadores que menos devengan y sus familias.
“Eso dejaría sin protección a nueve millones de colombianos y bloquearía el acceso a beneficios destacados de educación, recreación y turismo a 20 millones de colombianos, que no serían posibles sin las cajas de compensación; además, implicaría sustituir fuentes de financiamiento con recursos públicos, acrecentando el hueco fiscal”, señaló.
De esta manera, Guillén responde a la propuesta de economistas y analistas de reducir cargas parafiscales como estas a las empresas (que aportan el 4 por ciento de un salario mínimo por cada empleado, es decir, 35.112 pesos), con el propósito de bajar el costo de generación de empleos formales.
Guillén señala que en países con grandes desigualdades como Colombia, estos mecanismos de compensación son indispensables para ayudar a reducir brechas, y anota que el 76 por ciento de los afiliados a las cajas son personas que ganan menos de 1,5 salarios mínimos.
“Solo este año –dice– las cajas entregaron una cuota monetaria a más de cinco millones de trabajadores; garantizaron alimentos a 133.000 niños de entre 0 y 6 años; más de 118.000 personas han accedido a programas de educación en todos los niveles, se han otorgado subsidios de vivienda a más de 26.000 familias, lo que representa el 70 por ciento de estos subsidios entregados en el país y, en medio de la actual coyuntura, se han otorgado subsidios de desempleo a 253.036 personas por un valor de 666.084 millones de pesos”.
Cabe anotar que al cierre del tercer trimestre de 2019 había 9,7 millones de trabajadores afiliados a las cajas, que bajaron a 9 millones en 2020.
En cuanto a las personas a cargo de esos afiliados, el año pasado había 11,4 millones, cifra que este año se redujo a 10,4 millones. En este momento, el total de colombianos beneficiarios de las cajas es de 19,5 millones de personas, 7,94 por ciento menos que en 2019.
Información tomada de El Tiempo
